Historia de las Mellas / El Pash
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A principios del año 2019 me encontraba enfrentando un momento muy difícil a nivel emocional. Problemas en mi casa y con mi chica. Problemas con mis amigos y estancado creativamente. Cuando más lo necesitaba solo encontré libertad en la respiración consciente (meditación) y la misma guió mis pasos hacia otros métodos de empoderamiento espiritual. El rapé (tabaco pulverizado que se sopla por la nariz para estimular la glándula pineal) llegó a mi vida para ayudarme a meditar profundamente y realizar muchos aspectos de mi vida que tenía que sanar |
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Teniendo en cuenta que ya había tenido la oportunidad de experimentar los efectos de los psicodélicos, finalizando la semana más loca de mi vida, se me presentó la oportunidad de ir a tomar ayahuasca en una ceremonia chamánica.
Acepté ir a dicha ceremonia y luego de la experiencia psicodélica más fuerte de mi vida, encontré un grupo de personas muy peculiar con el que empecé a beber Elixir de la verdad.
El elixir de la verdad es una forma de ayahuasca. La diferencia es que el elixir no es shamanico. No contiene rezos y pasa por un proceso de limpieza esotérico para poder beber la mera esencia de la medicina sin distracciones. Bajo los efectos del Elixir se hacen prácticas de alquimia. La alquimia es la ciencia de Dios. La madre de todas las ciencias. La intención de beber, elixir y practicar alquimia es realizar a dios en nuestros corazones y aquello viene acompañado de una serie de sacrificios y la habilidad de construir una humildad muy extrema para poder destruir tu ego a tal punto que literalmente no te importe. ¿Suena loco? Bueno, en 3 meses asistí a más de 8 prácticas de alquimia en las que me enfrente a carne viva con mis demonios. ¿Suena loco? Bueno, qué pasa si te digo que luego de pasar los 3 meses más sanos y más locos de mi vida, me fui a Madrid a hacer un curso de Producción Musical y me drogué más que nunca y destruí todo el proceso que había hecho?
Si. Así fue. Acostumbrado al caos y luego de no haberlo probado en meses, Madrid me recibió con los brazos abiertos para el desorden. Drogas, alcohol, fiesta, mujeres. 24/7. Sin parar. De ahí nacen “Las Mellas”
De un extremo al otro. Así he vivido toda mi vida y el 2019 fue la manifestación de eso al nivel más épico. Recuerdo que justo antes de escribir “Las Mellas” estaba llorando solo en la sala del apartamento. Comencé a escribir porque siento que no me quedaba de otra. En mi cabeza en ese momento era “o escribo o me mato”. Escribí con rabia y tristeza. Escribí lo que sentía. Lo que no sabía era que estaba expresando en papel, de forma metafórica, todo el trayecto que crucé a través del año. Eso no lo entendí hasta que me senté a contarle a Pape la historia de la plena. Cuando termine de hablar Pape me miro y me dijo: “Bro, esas mellas de las que tú hablas en la canción no son 2 mujeres. Son las experiencias que viviste previo a escribirla y la dualidad que sentiste de irte de un extremo al otro.” Y hasta el día de hoy, todavía no he escuchado algo que me haga más sentido.
